viernes, 6 de mayo de 2016

El tren de los cuarenta días.

El domingo pasado decidimos  unirnos a la excursión que organizaba la asociación ecologista "Ecologistas en Acción", para recorrer a pie sobre un tramo del recorrido que hacía el denominado "tren de los cuarenta días".   Una pequeña ruta circular de nivel amateur, es decir adaptada a todo el mundo, que empezó en Villar del Río, a unos pocos kilómetros de Alcalá de Henares.

El "tren de los cuarenta días", es una de las curiosidades históricas que se dieron durante la Guerra Civil.  Durante la contienda el Gobierno republicano ante el avance nacionalista, y para evitar el corte de suministros y de comunicaciones entre Madrid y Valencia, se vio forzado a buscar soluciones muy imaginativas como fue el plantear la planificación de un tren que uniría Torrejón de Ardoz ( Madrid) y Tarancón (Cuenca). Dicho ferrocarril de una sola dirección, en teoría se tardaría en construir en un tiempo record de 40 días, aunque  en realidad las obras durarían unos 100 días. A pesar de eso, fue inaugurado al cuadragésimo día de su construcción.
En la realización de dicho ferrocarril llegaron a trabajar unas 10.000 personas, siendo la mayoría prisioneros de guerra, al fin de evitar que la aviación franquista bombardeara los trabajos en la vía como así sucedió.

La malísima planificación del trazado, la precariedad de la vía y de sus infraestructuras, así como  la baja calidad de los materiales, etc, hicieron que aquel tren apenas funcionara pocos meses después de haber finalizado la contienda. La Compañía M.Z.A. ( Madrid - Zaragoza . Alicante) desistió de gestionarla y fue totalmente desmantelada en 1940.



Hoy en día aún se conserva el trazado y como pudimos comprobar durante la excursión, aún quedan algunos paredones, el basato de debajo de los raíles, y algunos túneles, alguno de los cuales pudimos atravesar por debajo.   

Además nos hizo un día fenomenal, de primavera, sin  apenas ni mucho calor no frío y pudimos disfrutar de la naturaleza, del valle del Tajuña y de sus alrededores.  Así como su fauna, como las águilas laguneras. 



Nos gustó mucho, y seguramente repitamos alguna nueva excursión dentro de poco. 


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